jueves, 28 de enero de 2010

EL TURISMO CULTURAL Y LA EFEMERIDES

Álvaro Ospino Valiente

Desde hace muchos años de Santa Marta se dice que es una ciudad con vocación turística, pero la verdad es que tiene un invaluable potencial turístico que revolucionaría su economía. El turismo que llega a nuestra ciudad lo hace por inercia que ejercen sus recursos naturales. Este aspecto se conoce desde la primera huella que dejaron los hombres de Bastidas sobre la playa húmeda en nuestra bahía, luego los innumerables oficiales al servicio de la Corona española que vinieron en los siglos XVI, XVII y XVIII, ni que hablar de las líricas descripciones cantadas por los visitantes europeos de segunda mitad del siglo XIX. Aún con estas experiencias testimoniadas por generaciones pasadas, las de nuestro presente no se ha diseñado una política integral de turismo en función de estos recursos (Léase turístico, cultural e histórico).

Hoy se adelanta un proceso de recuperación del Centro Histórico hasta el momento no he escuchado por parte de las autoridades oficiales para servirá. Durante la conciliación con la comunidad samaria aporté una propuesta para el Plan de Desarrollo Distrital 2008-2011, llamada “Plan de Dinamización Turística del Centro Histórico de Santa Marta”, al cabildo le pareció coherente porque recogía algunas propuestas puntuales y las enmarcaba de manera integral en un sólo propósito, lamentablemente al momento de ajustar el plan quedó en el olvido.

Ni que hablar de la oficina de turismo de la ciudad que con diferentes nombres y personalidades a lo largo de su existencia –algunas veces convertido en costurero, algunas veces por personas en el lugar equivocado-, sigue su marcha sin pensar en planificación turística-territorial y en planificación de estructuración de actuaciones administrativas para desarrollar esta actividad en toda su dimensión. Aún seguimos sin un serio inventario turístico, aún seguimos sin un plan sectorial de turismo; tampoco tenemos un inventario monumental que permita desarrollar programas de turismo cultural. No podemos seguir esperando que el turismo de aventura siga siendo nuestro estandarte y el espejo donde se refleje la oferta turística de la ciudad. La organización de reinados y carrozas no pueden catalogarse como el máximo logro de una gestión pública en turismo, mucho más cuando tenemos fortalezas de las cuales se derivan infinidades de oportunidades.

Debemos apostar hacia el Turismo Cultural, definido como "Aquel viaje turístico motivado por conocer, comprender y disfrutar el conjunto de rasgos y elementos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo social de un destino específico". El Turismo Cultural juega un papel muy importante para dar a conocer, preservar y disfrutar el patrimonio cultural y turístico de nuestro país. Los efectos que genera el tratamiento adecuado del turismo cultural, desde una perspectiva de mercados, trae como consecuencia, la satisfacción del cliente, la conservación del patrimonio de uso turístico y el desarrollo económico y social de las comunidades a partir de la generación de nuevos empleos.

La experiencia de un país como España que basa su economía en el turismo cultural, nos permite dimensionar lo que podríamos implementar en Santa Marta con los que nos queda del acervo patrimonial histórico-urbano-arquitectónico e intangible, más aún si viene a complementar el turismo de sol y playa. Es el momento de diseñar una política de turismo cultural en función de las efemérides asociadas a la independencia desde este año con la “Real Jura de los samarios a Fernando VII, pasando por los memorables acontecimientos previos a la independencia hasta finalizar con el Quinto Centenario de la Fundación de Santa Marta y la Conmoración del Bicentenario de la Muerte del Libertador.

Hoy día, tenemos que posicionar el Bicentenario de la Independencia de Colombia con los acontecimientos de diferente desenvolvimiento de nuestra ciudad, como lo fue la actitud realista de los samarios en ese momento histórico y traducirlo en términos de turismo cultural, como también en una gestión administrativa distrital ante el Gobierno Español explicándoles que ellos están en deuda con la historia de Santa Marta, que durante 275 años estuvo en último orden en las prioridades reales, pero la primera en serle fiel y leal en las primeras manifestaciones de independencia.

España, México, Puerto Rico, Cuba y otros países del área del Caribe vienen desarrollando una serie de recreaciones de pasajes históricos como parte de la oferta turística. Santa Marta posee un invaluable filón histórico que bien planificado entraría a integrarse al circuito de puertos caribeños que ofrecen este producto. En octubre de este año se cumple el bicentenario del ascenso de Fernando VII al trono español por tal motivo muchas ciudades hispana celebraron tal acontecimiento un festejo ordenado por cédula real. Ese año de 1808, en Santa Marta se comunicó la abdicación del rey Carlos IV y sucesión de su hijo el príncipe de Asturias, que en lo sucesivo se conocería como Fernando VII. Finalmente se informó al público que la jura se llevaría tres días después en la víspera de su cumpleaños del nuevo rey. El día 13 de octubre la ceremonia se realizó conforme a la tradición. Hubo grandes festejos, misa solemne, Te Deum, repiques de campanas e iluminaciones, prepararon un escenario cuyo fondo ocupaba el solio de Fernando VII y encima una copia de su retrato con una guardia de honor.

Hubo pareja de a caballo, baile, música, fuentes de vino y carros triunfales. Las calles se iluminaron con cactus seco y aceite de corozo. Una fragata armada recorrió las calles, se acercó a la plaza, y rindió un castillo que se había levantado con ese motivo e hizo descargas. Se repartieron medallas de oro y de plata “con los jeroglíficos del retrato de nuestro amado Fernando VII y un perro, palma y oliva, que demuestra lealtad, victoria y fidelidad”. Los miembros del Ayuntamiento renovaron sus votos de fidelidad y sumisión y concurrieron en medio del entusiasmo del pueblo a todos los actos públicos. Por tres días consecutivos se proporcionó al pueblo diversiones permitidas.

Este ejemplo es una de los ejemplos de cómo se puede iniciar un proceso de implementación del turismo cultural en Santa Marta, es decir implementar la razón legislativa de Santa Marta como Distrito Turístico, Cultural e Histórico. Estos eventos servirían para dinamizar los espacios públicos del Centro Histórico que actualmente se recuperan para el disfrute de la comunidad, además de contribuir diseñando para estas plazas hitos urbanos o arte público con la respectiva temática; además de constituirse en la promoción de una nueva imagen turística de la ciudad.

Anverso: Efigie de Fernando VII con leyenda “FERNANDO VII REY DE LAS ESPAÑA, 1808”.
Reverso: Jeroglífico conformado por un perro, palma y oliva, que demuestra la lealtad, victoria y fidelidad. Con la leyenda “LA LEALTAD DE SANTA MARTA”.

Moneda acuñada por orden del gobernador de la provincia de Santa Marta, don Víctor de Salcedo y Somodevilla en la ceca de Santa Marta con motivo de la ascensión al trono de Fernando VII en 1808, que sería el modelo para el monumento escultórico. Sólo Santa Marta, Popayán y Santa Fe de Bogotá acuñaron monedas para tal acontecimiento.

La recreación histórica de estos festejos es un desfile escénico con pasajes teatrales interpretados por personajes vestidos a la época, en un escenario ambientado con diálogos, coros y musicalización, que se desarrollaría entorno a la plaza Mayor (calles de la Cárcel y Acequia), debidamente decoradas con pendones y banderas, amobladas a lo largo del anden para la ubicación de los invitados en general, que deberán asistir vestidos acorde a la recreación (trajes, sombreros, pelucas, abanicos de mano, bastones, etc.).

Nuevo monumento escultórico o arte público con motivo del bicentenario de la Real Jura de Lealtad de Santa Marta al rey Fernando VII, como aporte para implementar el turismo cultural en esta ciudad.

Aprovechar los sucesos históricos en función de construir una política de turismo cultural a dado resultado en otros países que basan su economía en el turismo, sirviendo además de instrumento para conservar nuestra memoria histórica y generar sentido de pertenencia.

Fundir un monumento escultórico en bronce de acuerdo al modelo original, tipo moneda de 3.00 metros de diámetro, debidamente anclada sobre pedestal e iluminada con 4 chorros de luz que salen desde el piso. (Incluso la escultura podría girar sobre su eje para capturar en el mismo ángulo fotográfico sus dos caras). La necesidad de tener esculturas en los espacios públicos que dejen el testimonio el paso de un turista por esta ciudad, justifica la realización de este arte público.

1 comentario:

  1. alvarito yo alvaro ospino cardenas de monteria felicitaciones ospinos asi como usted es lo que nececitmos en toda colombia exitos pero muchos

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