lunes, 30 de abril de 2012

SANTA MARTA. Urbanismo y Arquitectura, 1525-1975
















Álvaro Ospino Valiente
Bastianos Editores
250 páginas
2012

El estudio de la arquitectura colombiana se ha consolidado en las últimas dos décadas a partir del valioso trabajo de la arquitecta Silvia Arango. Muchas son las investigaciones que entraron a complementar este marco histórico, al igual que en otros países latinoamericanos donde se suscitó un interés por revalorar la ciudad construida. Desafortunadamente de la ciudad más vieja del país poco se conoce de sus referentes urbanos y arquitectónicos en el panorama nacional. Probablemente la carencia de un inventario de su patrimonio edificado y como consecuencia su valoración, explican este desconocimiento, quizás también que lo heredado de las diferentes épocas no despierta interés puesto que su arquitectura es el reflejo de su realidad histórica, muy poca afortunada por situaciones que analizaremos en el presente trabajo. Estas consideraciones pasaron de una simple inquietud a una imperiosa necesidad por escudriñar su pasado y de paso llenar ese vacío para los investigadores que con dificultad buscan una información sobre esta ciudad. También para aquellos que proyectan evidenciando poca conexión en el lenguaje contenido del transcurso de la historia en muchas propuestas de intervenciones en espacios urbanos o diseños de nuevas obras, carentes de significados o improntas de su realidad cultural.
Asumimos ese difícil reto académico enmarcado por la escasa información consolidada, que nos llevó a plantear una estrategia de investigación más profunda, escudriñando por cerca de una década desde un simple anuncio publicitario hasta sumergirnos en los fondos documentales del Archivo Histórico del Magdalena, pasando además por libros notariales, material de hemeroteca, cartografías, planimetrías, fotografías, etc., que nos permitiera recuperar toda una información completa para comparar, cruzar información y reflexionar lentamente en todos los procesos que incidieron en la construcción de esta ciudad.

Precisamente en el libro de la Historia de la Arquitectura en Colombia (Universidad Nacional, 1989), son escasas las referencias sobre esta ciudad, justamente por ser una visión general y no de dispendiosas investigaciones locales; algunas obras construidas en esta ciudad merecen ser valoradas y adquirir un modesto protagonismo en el discernimiento a nivel nacional. Por ello el propósito de esta investigación es aportar una página de la historia urbana y arquitectónica de Santa Marta e insertarla en ese marco de la historia de la arquitectura de nuestro país. Al iniciar la investigación encontramos escasa información de primera mano, poco a poco fueron apareciendo pequeños datos diseminados en diferentes fuentes primarias y secundarias. La bibliografía se resumía a los trabajos del médico samario Arturo Bermúdez Bermúdez, primero con su publicación Materiales para la Historia de Santa Marta (Fondo Mixto de Promoción para las Artes y Cultura del Magdalena, 1997); luego con su libro de fotografías Álbum Histórico de Santa Marta. La ciudad del Ayer… (Fondo Editorial Universidad del Magdalena, 2002). Además de esto el libro de acuarela de Edward Mark, vicecónsul inglés de esta ciudad a mediados del siglo XVIII, el libro Las Fortificaciones de Santa Marta y Estudio Asesor para su Restauración del historiador español Juan Manuel Zapatero, dos trabajos publicados por la gobernación del Magdalena, el primero con motivo del sesquicentenario de su fundación y el segundo sobre el Arte Religioso del Magdalena. De la misma manera, las investigaciones que hemos realizado como el Análisis Morfológico y Tipológico de las Fortificaciones de la ciudad de Santa Marta (Beca de Investigación Francisco de Paula Santander, Colcultura, 1993), El Drama Urbano de Santa Marta durante la Dominación Española (Premio Departamental de Historia, Ministerio de Cultura, 1998) y Santa Marta Vista por Viajeros (Bastianos Editores, 2005), todas de este autor.
Las fuentes documentales más importantes utilizadas para esta investigación fueron las del Archivo Histórico del Magdalena (fondos documentales de la gobernación del Magdalena desde 1805, Archivo Diario El Estado, publicado desde 1921 hasta 1960 y los registros notariales de las Notarias 1ª y 2ª desde 1793 hasta 1970), el Archivo del Diario El Informador publicado desde 1958, documentos y cartografías de los archivos españoles accesibles en la Web y los fondos documentales del Archivo General de la Nación; también fue primordial el compendio de imágenes del pasado con gran contenido histórico que permitieron la realización analítica para dimensionar la dinámica urbana y económica donde los vacíos de información dificultaban el trabajo.
La investigación la planteamos por unos capítulos determinados de acuerdo al análisis de indicadores sociales, económicos, políticos, urbanos y arquitectónicos, que nos permitieron establecer fronteras entre un periodo y otro, presentados como una secuencia cronológica coherente de los procesos de transformación de la vida urbana de Santa Marta. A pesar que este trabajo no fue realizado por un grupo interdisciplinario, intentamos analizar esos aspectos que incidieron en la construcción de la ciudad, tratando de entender en lo posible que factores pesaron en las decisiones políticas que pudieron afectar ese desarrollo.
El panorama de la arquitectura en Santa Marta a lo largo de su historia permite comprender los cambios experimentados en aspectos geográficos, políticos, sociales, económicos y culturales de su sociedad, que conllevaron a una determinada calidad arquitectónica de sus obras y la procedencia contextual de sus patrones formales, que casi siempre desembarcaron tardíamente en estas tierras, producto del asilamiento contextual y del poco protagonismo de esta ciudad en la órbita nacional.
Las expresiones arquitectónicas en Santa Marta siempre han estado ligadas al impulso determinado por una economía en particular que al entrar en decadencia, arrastraban a un trance inerte a estas tipologías y morfologías; generalmente la siguiente sustituía sistemáticamente con nuevos ejemplos, como también con maquillajes superpuestos. Esa necesidad por consolidar una economía basada en su geografía nos lleva a reflexionar sobre las expectativas en que estuvo sentado su posible desarrollo, que a la larga la mayoría quedaron convertidas en puras quimeras y otras realizadas parcialmente, como por ejemplo: En el siglo XVI su esencia estuvo determinada por la búsqueda del metal aurífero. En el siglo XVII su futuro dependía del establecimiento de un astillero y la consolidación de la actividad portuaria. En el siglo XVIII aspiraba a convertirse en plaza de guerra y por ende activar su comercio por el puerto. En el siglo XIX sus sueños estuvieron en el ferrocarril, y por último en el siglo XX, sus ilusiones estuvieron sentadas en el turismo, que aún en el nuestro sigue aferradas a ella.
De igual manera permite entenderla como el producto de su realidad histórica, marcada por su aislamiento a pesar de su puerto marítimo que podría haber determinado un desarrollo urbano más próspero y menos traumático; lamentablemente el recurso humano no le ha favorecido desde sus inicios. A ello también contribuyó la desaparición de muchos ejemplos, eventos naturales como el terremoto de 1834, las guerras civiles en el casco urbano en la segunda mitad del siglo XIX y lo más grave, el afán de un incomprendido “progreso” en el siglo XX.
Un cúmulo de vicisitudes llevó a definir su imagen urbana de lamentables dimensiones, ciudad de una pobre condición económica que reflejaba en su arquitectura un aspecto racionalizado en formas y materiales, realizadas pocas veces por ingenieros militares o arquitectos, casi siempre por personalidades de la praxis. Si hay algo característico de la arquitectura de Santa Marta es su poca monumentabilidad -a excepción de la Catedral-, las autoridades nunca pensaron en proyectos dimensionado con visión de futuro, conformándose con proyectos a la escala de la ciudad del momento, generalmente impulsaron obras que tardaron décadas en terminarse.
Inicialmente el aislamiento derivado por la resistencia indígena que mantuvo en vilo su consolidación urbana y su terno despoblamiento, agravaría su situación con las razones definidas en la geopolítica imperial española en sus primeras décadas y la llevaron a permanecer a la sombra de la ciudad de Cartagena de Indias, dependencia que determinaba su papel en el andamiaje comercial colonial y en el conflicto anglo-hispano.

Desde sus inicios los edificios religiosos levantados por obispos y los edificios militares promovidos por los gobernadores, eran los más sobresalientes en el contexto urbano, pero realizados a imagen y semejanza de una ciudad sumida en el olvido; corresponden al tamaño y situación en la agenda de prioridades de los territorios de ultramar. De esto cabe destacar que la arquitectura militar tuvo sus variables “sui generis” a sus homólogas del Caribe, diferencias tipológicas importantes para el estudio de nuestra arquitectura. Así pasaron más de dos siglos hasta que con las reformas borbónicas experimentaría una breve resurrección urbana y arquitectónica, producto de las políticas comerciales implementadas por la Corona española en los puertos indianos. De aquella época quedaron los edificios religiosos, militares y civiles que permanecen anónimos; como las obras de los ingenieros militares Antonio de Arévalo, Antonio de Narváez, Antonio Marchante y Vicente Talledo.

El ruido del tren con los vagones cargados de banano anunciaba que por fin el progreso había llegado a Santa Marta, y con ello un nuevo lenguaje arquitectónico que expresaría la condición económica de los empresarios criollos. Bellas formas señoriales entran a reemplazar la muda racionalidad de la vieja ciudad, como queriendo borrar un ingrato pasado, expresión admonitoria de pobreza. La ciudad se resiente con una oleada migratoria de gentes de diferentes lugares del país atraídos por la oferta laboral, se extiende configurando nuevos barrios, superando el reciente borde urbano constituido por la vía férrea.

De esta época quedaron muchas edificaciones neoclásicas -que desde segunda mitad del siglo XVIII con el proyecto de obras de refuerzos en el fuerte de la isla del Morro del ingeniero militar Agustín Crame, había llegado a Santa Marta, pero las más relevantes fueron las construidas por la gobernación del Magdalena para las instituciones administrativas y educativas, especialmente por José María Campo Serrano. Entre los arquitectos e ingenieros que hicieron un valioso aporte profesional con sus obras, figuran: Alfredo Camerano, Alfredo Badenes y Knoll, Francisco Gámez Fernández y Daniel Sánchez; asimismo quedaron los recuerdos de la arquitectura victoriana que trajeron los norteamericanos, que aún subsiste en el barrio El Prado de esta ciudad.

El ocaso de la arquitectura de época republicana coincide con la finalización de la bonanza bananera, aparece el turismo como una actividad redentora, nuevamente la gobernación se constituye en la impulsora de obras caracterizadas con formas geométricas de la transición a la arquitectura moderna, como Ernesto Nati, la firma Molendi Hermanos Constructores, Antonio Pi y Compañía, Nelson Daza C., Ricardo A. Vives, etc. El salto a la modernidad la llevó a sacrificar parte de su patrimonio arquitectónico, proceso iniciado con el ensanche de la avenida del general José María Campo Serrano promediando el siglo XX, luego con la ruptura de la arquitectura bancaria determinadora de la nueva escala urbana de su centro histórico.

En verdad, el ejercicio profesional de la arquitectura en Santa Marta durante la primera mitad del siglo XX, fue poco activa. Cuando se requería realizar una obra de gran magnitud por parte del gobierno departamental, se recurría a prestigiosas firmas de Barranquilla como Cornelissen & Salcedo o Manuel Carrerá Machado. Los contratos de obras a nivel estatal en su gran mayoría se perfeccionaban por el sistema de administración delegada, que se convertían en un verdadero vía crucis con el contratista por los cambios de gobierno y por el agotamiento de las apropiaciones presupuestales.

La formulación y elaboración del Plan Piloto de Santa Marta por el arquitecto Fernando Martínez Sanabria en 1956, fue interpretada como el momento preciso para construir la ciudad del futuro basado en su potencial geográfico, fomentando una actividad económica como el turismo. Desafortunadamente la dirigencia local no supo direccionar esas políticas urbanas planteadas, dedicándose a sacar el proyecto de ampliación portuaria y fortalecer la agroindustria donde sus intereses económicos estaban sentados; poco en la ciudad se sabía sobre la industria sin chimeneas, tampoco se alcanzaba a dimensionar los dividendos que podría generar. Paradójicamente la economía de Santa Marta no fue diversificada, pero los errores urbanos fueron multiplicados, como el emplazamiento de una zona militar al sur de la ciudad que taponó su desarrollo turístico, la demolición del viejo cuartel para ampliar el parque de Bolívar, la destrucción de los humedales o salinas, la destrucción sistemática de las abras y cerros de Santa Ana para la ampliación portuaria, se despreció la potencialidad paisajística de sus cerros, especialmente los de su litoral que podrían conectar sus bahías.

De aquello queda el fenómeno urbanístico de El Rodadero con todos sus faltas de planificación rompería los paradigmas establecidos, dispararía los incipientes modelos de arquitectura moderna manifestados solamente en el centro de la ciudad, constituyéndose en un fenómeno internacional, complejo de edificios de propiedad horizontal que se alzan al pie de una hermosa playa, que permitió concentrar la actividad turística fuera de su contexto histórico. El Rodadero como fenómeno urbanístico permitió la llegada de arquitectos de Barranquilla, interesados en participar en proyectos de grandes proporciones. Esto permitía la presentación de diseños y ofertas económicas de diferentes naturalezas.

Creemos destacar o realizar un justo reconocimiento a cuatro grandes figuras o estandartes de las obras arquitectónicas de Santa Marta, durante la dominación española al ingeniero militar Antonio Marchante, Director de las Reales obras, en la época republicana al arquitecto Francisco Gámez Fernández, en el periodo de transición de la arquitectura de época republicana a la moderna (Art Déco) al arquitecto cubano Manuel Carrerá Machado y en la reciente arquitectura moderna a Carlos Proenza Lanao.
Hoy día la revalorización de su patrimonio está en marcha, una recuperación de su centro histórico iniciada con sus principales espacios públicos: plazas, parques, calles y callejones, donde se respira una nueva atmósfera donde el recuerdo de la infancia llora.







jueves, 28 de enero de 2010

NOCIÓN DE PATRIMONIO CULTURAL

Patrimonio cultural es el conjunto de todos los bienes, materiales (tangibles) o inmateriales (intangibles), que, por su valor propio, deben ser considerados de interés relevante para a la permanencia de la identidad y la cultura de un pueblo. Es la herencia cultural propia del pasado, con la que un pueblo vive hoy y que transmitimos a las generaciones futuras.

Del patrimonio cultural hacen parte bienes inmuebles como fortalezas, castillos, templos, casas, plazas, conjuntos urbanos, obras rurales y otros lugares con valor para la historia, la arqueología, la paleontología y la ciencia en general. Los bienes muebles incluyen pinturas, esculturas o artesanías. Como bienes intangibles se consideran la literatura, la música, el folclore, el idioma, las costumbres y especialmente los saberes propios, como el conocimiento de la biodiversidad, la concepción del territorio o la medicina tradicional.

Es decir, "el patrimonio cultural está constituido por todos los bienes y valores culturales que son expresión de la nacionalidad" o identidad de un pueblo, "tales como la tradición, las costumbres y los hábitos, así como el conjunto de bienes inmateriales y materiales, muebles e inmuebles, que poseen un especial interés histórico, artístico, estético, plástico, arquitectónico, urbano, arqueológico, ambiental, ecológico, lingüístico, sonoro, musical, audiovisual, fílmico, científico, testimonial, documental, literario, bibliográfico, museológico, antropológico y las manifestaciones, los productos y las representaciones de la cultura popular".

NOCIONES DE MONUMENTO ARQUITECTÓNICO, PUESTA EN VALOR, LEGISLACION NACIONAL Y ZONAS MONUMENTALES DE SANTA MARTA

Por: Alvaro Ospino Valiente

Patrimonio Arquitectónico se puede entender un edificio, conjunto de edificios o las ruinas de un edificio, o de un conjunto de edificios, que con el paso del tiempo, ha adquirido un valor mayor al originalmente asignado y que va mucho más allá del encargo original.

El concepto de "Patrimonio Arquitectónico", está inmerso en el de Patrimonio Cultural, sin embargo, el primero se refiere, casi exclusivamente a las obras de arquitectura que dicen relación con la identidad y la memoria de un lugar.

Entre algunas de las razones por las cuales un edificio, construcción, ruinas de un edificio o un barrio completo, pueden considerarse patrimonio arquitectónico están:

· Valor técnico
· Valor cultural
· Valor artístico
· Valor histórico
· Valor sentimental
· Valor urbanístico


ZONAS MONUMENTALES EN SANTA MARTA
Centro Histórico (Ciudad vieja)
Tramos de la Avenida del Libertador
Tramos de la avenida Santa Rita
El barrio El Prado
Algunas zonas del barrio Pescaito (arquitectura popular)

LEGISLACION DEL PATRIMONIO CULTURAL COLOMBIANO
Ley 163 de 1959 / Decreto Reglamentario 262 de 1963
Ley 397 de 1997
Ley 1185 de 2008

Bienes de interés cultural
Los bienes de interés cultural constituyen una categoría legal especial de bienes del patrimonio cultural de la Nación. De este grupo de expresiones, productos y objetos del patrimonio cultural, algunos conjuntos o bienes individuales, debido a sus especiales valores simbólicos, artísticos, estéticos o históricos, requieren un especial tratamiento.

ARQUITECTURA Y LENGUAJE
Lenguaje arquitectónico:

Semántica: es la parte de la lingüística que estudia el significado de las palabras con sus variaciones e interrelaciones.

Sintaxis: es la parte de la gramática que estudia las relaciones de las palabras dentro de la oración y la forma de enlazar una oración con otra, viene del latín sintaxis y del griego sintaxis que significa coordinar.

Pragmático: significa práctico o que tiene aplicación en la realidad a diferencia de lo puramente teórico.

Elemento arquitectónico: es cada una de las partes funcionales o decorativas de una obra arquitectónica, de modo que cada uno de ellos funcionaría como una palabra del lenguaje arquitectónico del que la arquitectura sería la sintaxis.

LA PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO CULTURAL
1. El término "puesta en valor", que tiende a hacerse cada día más frecuente entre los expertos, adquiere en el momento americano una especial aplicación. Si algo caracteriza este momento es, precisamente, la urgente necesidad de utilizar al máximo el caudal de sus recursos y es evidente que entre los mismos figura el patrimonio monumental de las naciones.

2. Poner en valor un bien histórico o artístico equivale a habilitarlo de las condiciones objetivas y ambientales que, sin desvirtuar su naturaleza, resalten sus características y permitan su óptimo aprovechamiento. La puesta en valor debe entenderse que se realiza en función de un fin trascendente que en el caso de Iberoamérica sería contribuir al desarrollo económico de la región.

3. En otras palabras, se trata de incorporar a un potencial económico, un valor actual; de poner en productividad una riqueza inexplotada mediante un proceso de revalarización que lejos de mermar su significación puramente histórica o artística, la acrecienta, pasándola del dominio exclusivo de minorías eruditas al conocimiento y disfrute de mayorías populares.

4. En síntesis, la puesta en valor del patrimonio monumental y artístico implica una acción sistemática, eminentemente técnica, dirigida a utilizar todos y cada uno de esas bienes conforme a su naturaleza, destacando y exaltando sus características y méritos hasta colocarlos en condiciones de cumplir a plenitud la nueva función a que están destinados.

5. Precisa destacar que, en alguna medida, el área de emplazamiento de una construcción de principal interés resulta comprometida por razón de vecindad inmediata al monumento, lo que equivale a decir que, de cierta manera, pasará a formar parte del mismo una vez que haya sido puesto en valor. Las normas proteccionistas y los planes de revalorización tienen que extenderse, pues, a todo el ámbito propio del monumento.

ESTRATEGIAS DE INTERACCIÓN ENTRE TURISMO, CULTURA E HISTORIA, COMO ALTERNATIVAS PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO DE LA CIUDAD DE SANTA MARTA (COLOMBIA)

Por: ALVARO OSPINO VALIENTE

PRESENTACION
El gobierno colombiano en todos sus órdenes territoriales ha desconocido la importancia de la cultura como industria productiva, aún cuando ésta, se robustece al integrarse con el turismo; como también el principio constitucional que reconoce a la cultura en sus diversas manifestaciones como fundamento de la nacionalidad.

La cultura es un sector de protagonismo de la economía de los países, como fuente de generación creciente de empleo y renta. De ello dan fe las cifras que las industrias dependientes de la imaginación y la creación, como el cine, los medios de comunicación, los impresos, la música, el video, la Internet y el espectáculo, reportan en sus economías. Así mismo, los geógrafos económicos coinciden en afirmar que el turismo es una fuente inagotable de divisas, fenómeno característico de la civilización contemporánea, unido indiscutiblemente a factores económicos, sociales y culturales. El turismo es en particular uno de los componentes más importantes de la actual economía mundial, cuyo crecimiento trasciende en su estratégica economía de servicios.

Muy a pesar que Santa Marta fuera elevada a la categoría de Distrito Turístico, Cultural e Histórico, mediante Acto Legislativo 03/89, ratificado en el artículo 328 de la Constitución Política; a la fecha sus administraciones no han diseñado unas estrategias de interacción con políticas de cohesión entre estos tres componentes: el turismo, la cultura y la historia. Es decir, hacer una planificación de conjunto que sustente su razón legislativa, fomentando lo económico, lo social, lo cultural, lo turístico e histórico, tal como lo establece el Artículo 1 de dicho Acto Legislativo. Estos aspectos aparecen irónicamente sólo en los membretes de la correspondencia oficial. No obstante este mandato compromete a las autoridades y a la hacienda local a ocuparse del turismo como actividad inherente a su razón de ser, traducido en proyectos serios de inversión en infraestructura, de planes a futuro, acciones de adecuación para superar deficiencias y encaminar la ciudad en un esfuerzo sostenido de mejora de la calidad y competitividad.

Nuestra ciudad no ha definido su vocación económica. ¿Cuál es su principal o verdadera actividad económica? ¿De que vive su gente? Si analizamos las fuentes de empleos, vemos que gran parte de la población samaria vive de los pocos cargos que les proporcionan las entidades oficiales y el resto de la economía informal. Muy a pesar de poseer un potencial natural y cultural, propicio para su desarrollo económico, no hay iniciativas coordinadas del orden administrativo local. No pensamos en grande, nos quedamos en pequeñeces, observando como algunas administraciones se disputan el presupuesto de la ciudad; sin pensar, que desarrollar turísticamente a Santa Marta, es desarrollar su economía, ofreciendo oportunidades para todos.
Las políticas turísticas y culturales en nuestra ciudad se implementan en caminos separados.
Nuestra riqueza cultural e histórica no se ha explotado adecuadamente en función del turismo; existen aisladas intenciones en aprovechar algunos monumentos arquitectónicos como la Catedral Basílica Menor, la Casa de la Aduana y la Floresta de San Pedro Alejandrino, que son insuficientes para una política seria de turismo comprometida con los monumentos históricos.
Pensar en todas las épocas del año, porque después de los meses de diciembre y enero, todo es dificultad en nuestra ciudad. Por otra parte, se evidencian los esfuerzos de los trabajadores culturales para poder materializar sus creaciones, enmarcados en la poca colaboración, la mendicidad y los apremios económicos.

La ciudad requiere de unos lineamientos o estrategias para atraer turismo y con ello, contribuir a solucionar en parte el problema del desempleo. Esas estrategias además de diseñarse para el provecho económico con programas o actividades de atractivo nacional e internacional que generen más visitantes, deben obedecer coyunturalmente a rescatar nuestros valores culturales y recuperar la memoria histórica de la ciudad para las futuras generaciones.


ESTRATEGIA UNO: REINGENIERÍA ADMINISTRATIVA
Hace falta establecer el punto de partida para institucionalizar lo que podemos mostrar, lo que debemos rescatar y lo que debemos programar si verdaderamente queremos una Santa Marta con vocación turística; para tal fin necesitamos unas estrategias de interacción entre el turismo, la cultura y la historia de nuestra ciudad. Con una coordinación propia y dinámica en la cual cada componente se apoye uno del otro, paralelamente la Alcaldía Mayor de Santa Marta en su aspecto administrativo debe implementar a corto plazo una reingeniería en lo turístico y cultural.
Es preciso fusionar entidades sin programas definidos y sin resultados, que trabajan por separado, tales como ETURSA, CORPOCENTRO, GERENCIA DE PROYECTOS DE CULTURA Y JUVENTUDES y algunas Divisiones de los DEPARTAMENTOS DE PLANEACION Y EDUCACIÓN-CULTURA para estructurar un ente que maneje o aglutine interactivamente estos tópicos. Esta entidad podría llamarse INSTITUTO PARA EL DESARROLLO TURÍSTICO, CULTURAL E HISTORICO DE SANTA MARTA. Igualmente coordinaría sus programas con los establecidos para la creación e investigación de FOMCUARTES o asumir sus funciones en el caso que este ente desaparezca.

La ciudad requiere constituir esta entidad para que asuma todas estas funciones y trace unos lineamientos específicos a partir de estas estrategias, desarrollando programas interrelacionados entre el turismo, la cultura y la historia como alternativa económica y de generación de empleo.
De la misma manera este ente debe gestionar los recursos para sus programas, hay recursos que por Ley nos corresponden pero por falta de gestión se pierden; también llevar a cabo programas que deben dejar resultados positivos con organismos internacionales, como la UNESCO, OEA, las embajadas, las ciudades hermanas y otras ciudades turísticas del Caribe.

ESTRATEGIA DOS: LA CONSOLIDACION DEL TURISMO CULTURAL Y ECOLOGICO
Los diagnósticos realizados sobre el turismo en Santa Marta reiteran un potencial natural y cultural inexplotado, hace casi cuarenta años se viene repitiendo en Santa Marta el mismo estribillo, pero nadie ha tomado el liderazgo para poner en práctica todos los estudios que se han realizado sobre este potencial.

Ciudad Perdida y el Parque Tayrona
Los estudios realizados por el Ministerio de Desarrollo Económico enfatizan sobre la necesidad de apuntar hacia dos atractivos de talla internacional. El primero es Ciudad Perdida, conocido en el ámbito de los estudiosos de la arqueología y de los aficionados al trekking o aventuras; y el Parque Tayrona, imaginario natural para el descanso de sol y playa, además como estancia ecoturística del Caribe, ambos visitados por el turismo nacional y europeo. Entre estos dos escenarios más lo que ofrece Santa Marta con sus playas, pueden constituirse en producto bandera para el mercado mundial. Para todo esto se requiere decisión, gestión e inversión por parte del gobierno distrital.

Fomento del Turismo Nacional
Bucaramanga, Bogotá y Medellín son ciudades donde el destino turístico nacional es Santa Marta. Para implementar estas estrategias a nivel nacional, debemos comenzar por estas ciudades con una publicidad agresiva, ofreciendo las ventajas para su elección.

Fomento del Turismo Bolivariano
Santa Marta como última morada del Libertador Simón Bolívar debe revivir el turismo Bolivariano proveniente de la República Bolivariana de Venezuela, aprovechando el interés de su presidente Hugo Chávez. Esta coyuntura es fundamental para atraer esta corriente turística diluida en la última década, esto permitiría más ingresos para esta inexplotada industria. Para su implementación se debe inventariar todos los aspectos que ligan al Libertador con nuestra región como: sucesos, escritos, comentarios, lugares, los pasajes de sus últimos días en Santa Marta y las fechas memorables de su vida.

ESTRATEGIA TRES: EXPLOTAR HOY, LA CONDICION DE SANTA MARTA COMO CIUDAD FIEL A LA CORONA ESPAÑOLA DURANTE LA COLONIA.
La Agenda Anual de Eventos Turísticos, Culturales e Históricos como instrumento para la Revalorización de la Cultura y la Historia de Santa Marta.
La experiencia observada en los países europeos donde las tradiciones, son motivos de eventos anuales que le dan la vuelta al mundo a través de la televisión, nos obliga a revalorar nuestra historia y tradición cultural, como elementos válidos para una política de turismo cultural; complemento de nuestras bellezas naturales. Ejemplo: las fiestas de San Fermín en España, con los toros; el culto al falo en el Japón; los combates medievales en algunas ciudades alemanas, etc.

Esta revalorización de la cultura y la historia serviría para definir la agenda anual de eventos a realizarse en las temporadas bajas y altas: los eventos turísticos, culturales e históricos. Acapulco tiene su Festival de Acapulco, Miami su Festival de la Calle Ocho y Viña del mar con su festival, que traspasan las fronteras y le dan identidad internacional.

La Representación de las Tradiciones como Atractivo Turístico.
El revivir de tradiciones perdidas de Santa Marta de los siglos XVII y XVIII, como las religiosas (la fiesta de Santa Emerenciana y San Ildelfonso), monárquicas (la posesión de un monarca o el nacimiento de su heredero) y folclóricas (los bailes españoles), registradas en la historia de Santa Marta, además de reafirmar nuestra identidad cultural, sirven para recuperar nuestra memoria histórica, valiosas para transformarlas en producto turístico en nuestra agenda anual de eventos.
La Recuperación de Nuestras Tradiciones y los Nuevos Polos de Desarrollo Turístico en el Distrito de Santa Marta.
Por otra parte, en nuestros componentes territoriales de extracción indígena como Bonda y Gaira hay tradiciones olvidadas base para una política de generación de empleo y programas microempresariales en los núcleos familiares. Ejemplo: la historia registra a Bonda como un poblado donde se fabricaban todo tipo de objetos en barro (alfarería), retomar este aspecto en función de empleo, este poblado se convertiría en un polo de desarrollo turístico. Igualmente Gaira con su tradicional fabricación de dulces; con estos programas estamos generando empleo y estamos recuperando nuestra identidad cultural, al igual que nuestra memoria histórica en función de la promisoria actividad económica como es el turismo.


ESTRATEGIA CUATRO: LA CULTURA Y LA HISTORIA COMO ATRACTIVO TURISTICO Y FUENTE DE CREACION CULTURAL.
Se precisa la elaboración de un programa de rescate e inventario del patrimonio cultural de Santa Marta, tanto tangible como intangible, para conocer, conservar y reafirmar nuestra identidad cultural Caribe; como también para el diseño de eventos, actividades o elementos de comunicación visual como atractivo turístico.

El Inventario del Patrimonio Cultural Samario, punto de partida para una Industria Cultural.
La cultura es una industria productiva al igual que el turismo, la riqueza del acervo cultural de Santa Marta y su región la componen un sin número de eventos y materializaciones que se conocen como el patrimonio tangible e intangible: principales hitos históricos, tradiciones populares, tradiciones religiosas, costumbres, música, danzas, rondas infantiles, leyendas, mitos, anécdotas, personajes en su historia, vestuarios, objetos, arquitectura, cartografías, crónicas, memorias de viajeros, etc., constituyen parte de nuestra identidad cultural.

Este conjunto cultural requiere de un inventario detallado del patrimonio cultural de Santa Marta que permita su revalorización y puesta en valor en los programas, proyectos y eventos diseñados en la agenda. De la misma manera es una necesidad para conocer nuestro pasado y reiterarlo en nuestro presente, a las nuevas generaciones

La investigación Cultural e Histórica como Instrumento para la Recuperación de la Nuestra Memoria y su Ofrecimiento como Producto Turístico.
Santa Marta tiene una historia oculta construida desde la dominación española hasta nuestros días, llenas de acontecimientos sobre ataques de piratas, leyendas de tesoros ocultos, naufragios de galeones, milagros de sus santos protectores, chismes parroquiales y sucesos curiosos de sus personalidades; que hoy constituyen noticias históricas de perfiles inverosímiles.

El rescate de las anécdotas de las esquinas, calles y barrios, sirve para que el samario tenga conocimiento de su pasado y en un momento determinado pueda responder a las inquietudes de los visitantes; igualmente, es una terapia para la reflexión de la realidad histórica en que ha transitado su ciudad. La investigación histórica permitiría que los lugares recuperen su imagen tradicional, hay que fomentar estudios de nuestra región en las áreas de geografía, historia, antropología, etnografía, sociología y ecología. Deben potenciarse los estudios, las estadísticas, la legislación cultural, cursos de formación que versen sobre temas que permitan definir la realidad turística, cultural e histórica de Santa Marta.

Hoy día, hay signos valoración con algunos trabajos de investigación entorno al rescate de nuestra memoria histórica que pueden ser aprovechados para implementar esta estrategia, pero de la misma manera se debe apoyar iniciativas de esta temática. Igualmente, la valoración de su patrimonio arquitectónico y urbano se evidencia con la elaboración del Plan Maestro para la Recuperación del Centro Histórico por parte de la Alcaldía, la materialización de proyecto permitiría una nueva lectura a su legado histórico y el redescubrir con elementos de lenguaje arquitectónico hasta el momento ignorados. En este orden de ideas se debe fomentar la creación de nuevas salas exposiciones o museos, pero fundamentalmente la alcaldía debe crear uno.

A partir de estos dos componentes debemos diseñar una serie de circuitos o recorridos turísticos:

¨ Circuitos turísticos alrededor de su patrimonio arquitectónico militar, civil y religioso de los periodos hispánico y neoclásico, complementándolo con los espacios públicos (esquinas, calles y plazas del centro).
¨ Circuitos turísticos por sitios de interés y museos.
¨ Circuito turístico bolivariano, (Los últimos pasos del Libertador Simón Bolívar en Santa Marta).
¨ Circuito turístico prehispánico, (Por la ruta de nuestros ancestros).
¨ Circuito turístico de los viajeros, (Por los caminos de los viajeros en Santa Marta en los siglos anteriores).

Estos circuitos deberán acompañarse con una clara señalización urbana donde se resuma cada aspecto del circuito y requieren de más completa preparación de guías de turismo. También complementarse con los servicios de toda índole (cafeterías, tiendas de artesanías, transporte, etc.) para satisfacer las necesidades que genera esta actividad, una manera de generación de empleo.

El Museo de Cultura e Historia de Santa Marta
La carencia de museos o salas de exhibición se hace latente en Santa Marta, la creación de unos espacios destinados a albergar la memoria cultural de la ciudad es un paso importante y un nuevo sitio histórico-cultural liderado por la administración distrital. En este sitio se realizarían programas de pedagogía de cultura ciudadana, en especial a la comunidad estudiantil donde se enseñaría de manera directa todo lo concerniente al acontecer histórico de Santa Marta, durante sus casi cinco siglos de existencia y en todos sus aspectos: social, económico, político, militar, religioso, científico, costumbrista, deportivo, etc.

La Historia como Fuente de Inspiración para la Creación Cultural.
Otro aspecto a desarrollar, es utilizar nuestra historia como fuente de inspiración para libretos de obras de teatro, entremés, cafeconciert o perfomance, actividades claves para la reanimación de los espacios públicos. Es una forma pedagógica estos libretos deben llevar un mensaje a la ciudadanía que acude a deleitarse. Además como alternativa para temas de concursos o la realización de obras pictóricas o literarias.

La Historia como Fuente para Nuevos Símbolos de Santa Marta.
Nuestro patrimonio cultural prehispánico, colonial y republicano tienen una riqueza en su lenguaje. La diversidad de códigos permite infinitas posibilidades para diseños de comunicación visual, la interpretaciones resultantes pueden utilizarse en ilimitados usos: campañas publicitarias de imagen, logosímbolos, afiches, señalizaciones, comerciales cantados, explotación comercial como industria artesanal (objetos y ropas), etc.

ESTRATEGIA CINCO: LA CULTURA URBANA Y LA FORMACION DE NUEVOS CIUDADANOS.
Al samario y en especial a los niños, a las nuevas generaciones hay que prepararlos con una nueva perspectiva de Santa Marta, el inculcarle el amor por su ciudad a través de la enseñanza de su cultura, los espinosos caminos por donde ha transitado en su historia, que les inviten a reflexionar y a asumir positivas actitudes frente a ella.

La Cátedra “Santa Marta” en los Colegios de Enseñanza Primaria y Secundaria.
El potencial estudiantil de Santa Marta de los colegios de enseñanza primaria y secundaria, los institutos de educación no formal y el SENA son fundamentales como agentes multiplicadores de información, para eso es primordial la creación de la cátedra “Santa Marta”, orientada con temas propios de nuestros cultura, el potencial turístico, los recursos naturales, la cultura ciudadana, la cultura urbana, la memoria histórica y todos los aspectos referentes a nuestra ciudad.

Los Programas de Formación Ciudadana y la Animación Socio-Cultural.
Hoy en día se habla en Latinoamérica sobre la necesidad de descubrir el lenguaje de los espacios cotidianos, de las ciudades para la gente que las habita y las visitas, y de estrategias de participación comunitaria en la creación cultural, único sello de garantía en los procesos de identidad de los pueblos. En Colombia hay experiencia en estos aspectos, el programa de cultura ciudadana adelantada por el alcalde Antanas Mockus, las escuelas de gaiteros de San Jacinto, las tiendas de consumo entre indígenas guambianas, la investigación y puesta en escena de música salsa en barrios caleños y los programas que rescata las rondas y juegos infantiles tradicionales.

El medio físico, la historia, las actividades productivas, la fotografía, la vivienda, las escuelas, la gente, la conciencia social, la salud, el paisaje, la música, los juegos, el barrio, la calle, la esquina, la comunicación; todos son temas que configuran estrechamente una cultura local y una imagen llena de vida y alegría para las ciudades; son temas que exigen para su autenticidad procesos de participación ciudadana. La característica de sus barrios populares y su gente es un elemento a explotar turísticamente en especial el barrio Pescaito donde sus calles anchas permiten la realización de eventos musicales.

La Reanimación de los Espacios Públicos
Tenemos unos espacios públicos como plazas y plazoletas sub-utilizadas. Afortunadamente se adecuaron la plazoleta Venezuela y el callejón de la Carrera segunda con la concesión otorgada a la Federación de Cafeteros y Artesanías de Colombia. Esta iniciativa se puede ampliarse a la placita Vieja, plaza de Bolívar y plaza de San Miguel. Para este propósito se requiere el concurso de la Alcaldía Mayor, los colegios, las emisoras y la empresa privada, implementando un programa de reanimación de estos espacios con el desarrollo de una serie de eventos culturales que tradicionalmente se realizaban como las retretas y programas radiales dominicales.
La realización de los espectáculos de luz y sonido se han realizado con éxito en varios países del mundo. En este sentido las plazas de Santa Marta son sitios ideales donde pueden desarrollarse estos eventos, con montajes basados en la esencia de nuestro pasado para el disfrute de propios y extraños. Estas programaciones, lograrían la circulación constante de público en el centro histórico, siendo una forma de reanimación nocturna, que arroja en la actualidad buenos resultados en Cartagena. Otro sitio propicio para este programa es la explanada del fuerte del Morro, que tiene la condición espacial y visual en especial para las horas diurnas.

La concesión a particulares o un pool de gestores culturales de la plaza de la Catedral y la placita Vieja para actividades culturales y musicales durante los fines de semanas, generaría un espacio de encuentro para los amantes de la cultura y la bohemia. Este evento requeriría de la integración de empresas directamente beneficiadas con la actividad, como las gastronómicas y las de bebidas.

La Creación de una Red de Gestores Culturales.
El plan precisa de un registro informativo detallado de los gestores culturales y el plan de eventos o actividades que se realizan en Santa Marta. Esto ahorraría esfuerzos y reforzaría el quehacer cultural de la ciudad preparando eventos de calidad con proyección nacional o internacional. Con este registro se diseñaría la red y la agenda cultural anual programada de acuerdo al perfil de las corrientes turísticas que anualmente nos visitan; teniendo en cuenta las temporadas altas y bajas, los meses con puentes festivos, carnavales, semana santa, etc. En este aspecto hay una iniciativa para construir esta red, por parte de los egresados del Segundo Diplomado programado por el Fondo Mixto para la Cultura y las Artes de Santa Marta y la Universidad del Magdalena.

Santa Marta y los Récords Guiness
Otra propuesta a tener en cuenta valorando nuestras potencialidades, es institucionalizar a Santa Marta para un Récords Guiness o una marca mundial, traducida en publicidad gratuita para la ciudad a través de los medios de comunicación en temporada alta.


ESTRATEGIA SEIS: PLAN DE ACCION INMEDIATO.
Para comenzar a desarrollar estas estrategias se requiere como mínimo realizar las siguientes tareas:
a) Programa de rescate e inventario del patrimonio cultural de Santa Marta.
b) Investigación referente a los festejos coloniales (religiosos, monárquicos y populares) para su representación.
c) Diseños de nuevos recorridos o circuitos turísticos.
d) Programa de reanimación de espacios públicos.
e) Programa de cultura ciudadana y atención al turista.
f) Estructuración de las salas del Museo Distrital.
g) Programar un Récord Guiness en la ciudad, preferiblemente que tenga al mar como escenario.
h) Estructurar la cátedra “Santa Marta” con el DAEC.

LA PUESTA EN VALOR DEL CENTRO HISTÓRICO DE SANTA MARTA (COLOMBIA)

Por: Alvaro Ospino Valiente

El Ministerio de Cultura adoptó el Plan Especial de Protección para la recuperación y preservación del Centro Histórico del Distrito Turístico, Cultural e Histórico de Santa Marta, declarado como Bien de Interés Cultural de carácter Nacional, mediante Ley 163 de 1959, expedida por el Gobierno Colombiano. Esa adopción expedida en la Resolución de agosto 11 de 2005, define el plan de divulgación como el conjunto de acciones que se deben adelantar para difundir los valores reconocidos de ese conjunto. El objetivo principal de ese plan es la apropiación del patrimonio del Centro Histórico por parte de la ciudadanía en general y señala de manera directa la inserción del casco viejo de la ciudad en los programas educativos:

TÍTULO VI, PLAN DE DIVULGACIÓN
ARTICULO 3. INCLUSIÓN DEL CENTRO HISTÓRICO EN PROGRAMAS EDUCATIVOS. La historia y los valores tanto culturales, como históricos del Centro Histórico debe ser objeto de programas educativos en las instituciones de educación primaria media y superior y en las instituciones que propenden por la divulgación del patrimonio cultural. Estas instituciones deben programar actividades como: visitas guiadas para alumnos, profesores y la ciudadanía en general.

A partir de este enunciado planteamos la estructuración de un programa de puesta en valor dirigida en primer lugar a los propios samarios o residentes, segundo a los turistas.

Alcaldía de Santa Marta
Uno de los ejemplos de la arquitectura neoclásica, conocida también como republicana con una impronta de los edificios de poder, traducido en el frontispicio que acoge el escudo del país. Data de 1930, fue erigida para albergar la Gobernación del Magdalena. En 1975 se trasladaron las oficinas de la Alcaldía de Santa Marta y la Gobernación pasó al desaparecido Hotel Tairona.

Esta puesta en valor no es más que una intervención socio-cultural, un proceso de revalorización que implica utilizar cada uno de estos espacios públicos, que debe arrancar con el propósito de destacar y exaltar sus características, su trascendencia histórica y crear una atmósfera apropiada para que cumpla a plenitud una nueva función social en nuestra época; que bien planeada se traduciría en un nuevo atractivo para el turismo. Su implementación permitiría una nueva lectura a su legado histórico, el redescubrir de elementos de su lenguaje arquitectónico hasta el momento ignorados.

Catedral de la Basílica, BIC
La fachada es inspiración del neoclasicismo religioso, llevado por los Borbón de extirpe francesa a la cultura española, luego que asumieran el trono española a comienzos del siglo XVIII. Los principios renacentistas del eje de simetría con la colocación central de la puerta de visual axial, tienen aplicación válida en este diseño. Es la edificación más costosa y voluminosa de la herencia de dominación española, calificada de suntuosa suscitó toda una controversia en su época.

De no llevarse a cabo este plan, nos quedará la pregunta recurrente ¿Qué vamos a hacer con él, una vez se realicen las obras de recuperación de sus espacios públicos? ¿Cómo obtenemos rentabilidad socio-cultural a la cuantiosa inversión de rescatar el Centro Histórico? ¿Cómo se va a apropiar la comunidad de este renovado sector de la ciudad? ¿Cuál va a hacer su nueva función social en nuestra época?
Nuestro casco viejo debe generar rentabilidad social, traducida en un nuevo atractivo que a la larga se traducirán en pesos o dólares. También posee condiciones particulares y únicas que responden a su identidad cultural, historia y carácter de sus habitantes, cualquiera de las acciones socio-culturales a efectuarse deben resaltar el reflejo de la identidad samaria, contribuyendo a afianzar el sentido de pertenencia hacia esta representativa parte de la ciudad.
Tiene una historia oculta construida a lo largo de sus casi cinco siglos de existencia, llenas de acontecimientos sobre ataques de piratas, teatro de guerra civiles, leyendas de tesoros ocultos, naufragios de galeones, milagros de sus santos protectores, chismes parroquiales y sucesos curiosos de sus personalidades; que hoy constituyen noticias históricas de perfiles inverosímiles.
La experiencia observada en los países europeos donde las tradiciones, son motivos de eventos anuales que le dan la vuelta al mundo a través de la televisión, nos obliga a revalorar nuestra historia y tradición cultural, como elementos válidos para una política de turismo cultural; que complementa nuestras bellezas naturales, donde la recreación de la historia se constituye en un atractivo turístico.

Así como la Oficina del Historiador revive con su obra de rehabilitación integral la vocación cultural del Centro Histórico de La Habana (Cuba) con su programa “Rutas y Andares”, en Colombia ciudades como Bogotá tienen programas similares “Caminemos La Candelaria”, Cartagena con “Nuestra Herencia, Nuestro Deber” y Barranquilla con “Mira al Centro”. Debemos apuntar a hacer del Centro Histórico, el núcleo de la actividad cultural y lúdica de Santa Marta para que se constituya efectivamente en el reflejo de la identidad samaria, tal como lo señala el Plan Maestro de Recuperación del Centro Histórico en uno de sus objetivos específicos, contribuyendo a su puesta en valor con el Programa “Paseando por el Centro” a partir de la Rondas Culturales y Recreaciones Escénicas para el goce o disfrute de propios y extraños.

Antiguo Seminario Conciliar, BIC
El Seminario Conciliar guarda el patrón tradicional conventual europeo, con una vida social volcada hacia su interior, desarrollada en una tipología organizacional de patio rodeado de espacios habitables, impronta de la herencia castellana y mudéjar a la vez. Presenta un criterio claro de distribución espacial resuelto en dos plantas, cuyo primer piso se desenvuelve inicialmente con un espacioso vestíbulo donde se articula una gran escalera de dos tramos en dirección opuesta y con un rellano a la mitad de altura que conduce a otro vestíbulo en la segunda planta.

Este programa es puntal para la consolidación del sentido de pertenencia y la cultura ciudadana.

Casa de Madame Agustine
Pertenece a la arquitectura doméstica de época colonial en su etapa tardía de primera mitad del siglo XIX, revela características tipológicas que difieren de otros ejemplos contemporáneos, como el antepecho modulado de la cubierta de azotea, convertida en un mirador muy usual en las viviendas de familias dedicadas al comercio a través del puerto de Santa Marta.

El uso de sus espacios públicos para actividades de animación urbana y escenarios pedagógicos para las nuevas generaciones, implementando una serie de recorridos culturales por el Centro Histórico y la puesta en escena de sucesos de la historia como parte de su puesta en valor y reanimación de sus espacios públicos. Las visitas teatralizadas serían la actividad más innovadora desde el punto de vista de la atracción del turista, consistirían en la dramatización por actores de historias relacionadas con la ciudad, escenificadas en distintos puntos que recorren conjuntamente actores y visitantes.

Paralelo a la implementación de su puesta en valor, el Centro Histórico de la ciudad de Santa Marta precisa de un ente de gestión y administración para que vele por las zonas de protección ambiental, recreativa de uso público, haga una supervisión estricta de la zona de conservación histórica patrimonial y un seguimiento al reglamento de uso espacio público. De igual manera esta entidad debe propender por la aplicación de acciones de diferentes naturalezas para su sostenibilidad y salvaguarda de su ambiente monumental:

URBANAS
· Fortalecer el conjunto de espacios públicos (Camellón, plaza Mayor, plazoleta Francisco de la Trinidad y Arrieta, plaza de San Francisco, Placita Vieja, plaza de la Catedral y plaza de San Miguel), a partir de su puesta en valor imprimiéndole un carácter de mayor importancia a partir de su contextualización histórico-ambiental, convirtiéndose en hitos espaciales representativos de nuestra identidad cultural.

· Implementar un modelo de Marketing Urbano como mecanismo de posicionamiento para Santa Marta, efectiva herramienta de gestión urbana y estrategia de competitividad, mejorando el nivel de vida de sus residentes, fortaleciendo la oferta de productos y servicios del sector turístico, impulsando la esfera de eventos y negocios, reuniendo una serie de posibilidades reales en su mercado interno y externo.

Casa Manuel de Ujueta y Bisais
Es uno de los últimos ejemplos sobrevivientes de la arquitectura colonial domestica, época colonial. Hace parte de los sitios que conforman la Ruta Bolivariana en el Centro Histórico de Santa Marta, puesto que bajo su techo se custodiaron por algún tiempo los restos de Simón Bolívar después del terremoto que destruyó esta ciudad en 1834. La edificación hace parte del periodo neoclásico, presenta una portada dorica afortunadamente su tipología está conservada, pero descuidada con una estructura espacial ideal para organizar el Museo de la Ciudad.

· Renovar la imagen de Santa Marta creando una nueva marca y diseño corporativo, centrado en la potenciación de su casco histórico, facilitando una mejor comprensión por parte de sus habitantes, clave para apuntalar el sentido de pertenencia e iniciar el desarrollo de símbolos representativos y de distintos atributos que los foráneos puedan fijar en su mente o tener de ella.

Casa de Pedro Sales
Fue un inmueble estratégicamente ubicado en la esquina de la calle del pozo con el callejón de Pedro Sales, utilizado como punto donde se emplazaron francotiradores y cañones durante la guerra civil de 1860 y 1879, que tuvo como uno de los teatros bélicos a la plaza de Santa Marta. Su propietario fue un próspero comerciante en la segunda mitad del siglo XIX, cuyo apellido tomó el nombre del callejón.

SOCIO-CULTURALES
· Articular los parámetros culturales más relevantes del samario en cuanto a su identidad y en su contexto histórico-territorial, reflejado en la fuerte presencia de sus símbolos que genera la institucionalidad de la ciudad, su herencia cultural y en los componentes que conforman su iconografía más representativa para manejarlos en el diseño de su señalización, mobiliario urbano y elementos de arte público, contribuyendo a fortalecer el sentido de pertenencia, a crear conciencia ciudadana para conservar, revalorizar y apropiar el patrimonio urbano-arquitectónico. Fomentar con la recuperación de estos espacios, la identidad colectiva a través del encuentro entre grupos sociales y del gozo recobrado de poder disfrutar juntos del espacio público, procurando la revalorización de la diversidad cultural, lo que podría significar un cambio definitivo en el comportamiento y la mentalidad ciudadana.

Palacio Tairona
Obra excepcional del art deco en Santa Marta con tipologías propias del Caribe, delgados aleros y diseño de pisos con motivos marinos. Esta edificación fue diseñada por el maestro cubano Manuel Carrerá (el mismo diseñador del Teatro Santa Marta) para hotel en la década de los cuarenta del siglo pasado. Dicen que su autor se inspiró en la posición de un indígena sentado que abraza sus piernas, escondido tras los altos cocoteros adormecidos por la brisa del mar.

PUESTA EN VALOR
· Abarcar en este aspecto una visión macro de la historia de Santa Marta, consolidado en esos espacios públicos y en su patrimonio arquitectónico. Para tal efecto, hemos definido unos itinerarios culturales acorde a su realidad monumental e histórica. También un programa de reanimación urbana con las recreaciones históricas basada en sucesos pasados, al igual que fortalecer las tradiciones religiosas en su escenario habitual.

· En el caso de Santa Marta, se trata de implementar su razón legislativa como Distrito Turístico, Cultural e Histórico, interaccionando esos componentes, utilizando el acervo tangible e intangible como valor agregado del CH en programas de recuperación de memoria histórica y sentido de pertenencia generados desde estos espacios públicos.

· Este proceso de revalorización implica utilizar cada uno de estas plazas, parques y calles de ambientes urbanos con valor monumental, destacando y exaltando sus características para su óptimo aprovechamiento hasta colocarlos en condiciones de cumplir a plenitud una nueva función social en nuestra época; como recurso turístico autosuficiente generador de riqueza, contribuyendo a fortalecer la economía de la ciudad.

· Fortalecer las tradiciones religiosas, cuyo escenario habitual siempre ha sido el Centro Histórico de Santa Marta, rescatar las festividades religiosas desaparecidas como parte del programa de recuperación de la memoria histórica.

En la actual "Papelería Pica Pica" nació en 1884, Gregorio Castañeda Aragón, conocido como el “Poeta del Mar” y desconocido para la gran mayoría de los samarios, dedicó gran parte de su producción literaria a su ciudad natal, como los arraizados versos Las Ruinas:

La casa de los abuelos
Grande, de sórdido portal
De rojo ladrillo morisco
Bajo las sábanas
Con un temblor cerval
Oyendo ruidos de cadenas
Del otro mundo, en el zaguán
Aquella casa que fue mía
Hoy es escombros, Nada más…

EL TURISMO CULTURAL Y LA EFEMERIDES

Álvaro Ospino Valiente

Desde hace muchos años de Santa Marta se dice que es una ciudad con vocación turística, pero la verdad es que tiene un invaluable potencial turístico que revolucionaría su economía. El turismo que llega a nuestra ciudad lo hace por inercia que ejercen sus recursos naturales. Este aspecto se conoce desde la primera huella que dejaron los hombres de Bastidas sobre la playa húmeda en nuestra bahía, luego los innumerables oficiales al servicio de la Corona española que vinieron en los siglos XVI, XVII y XVIII, ni que hablar de las líricas descripciones cantadas por los visitantes europeos de segunda mitad del siglo XIX. Aún con estas experiencias testimoniadas por generaciones pasadas, las de nuestro presente no se ha diseñado una política integral de turismo en función de estos recursos (Léase turístico, cultural e histórico).

Hoy se adelanta un proceso de recuperación del Centro Histórico hasta el momento no he escuchado por parte de las autoridades oficiales para servirá. Durante la conciliación con la comunidad samaria aporté una propuesta para el Plan de Desarrollo Distrital 2008-2011, llamada “Plan de Dinamización Turística del Centro Histórico de Santa Marta”, al cabildo le pareció coherente porque recogía algunas propuestas puntuales y las enmarcaba de manera integral en un sólo propósito, lamentablemente al momento de ajustar el plan quedó en el olvido.

Ni que hablar de la oficina de turismo de la ciudad que con diferentes nombres y personalidades a lo largo de su existencia –algunas veces convertido en costurero, algunas veces por personas en el lugar equivocado-, sigue su marcha sin pensar en planificación turística-territorial y en planificación de estructuración de actuaciones administrativas para desarrollar esta actividad en toda su dimensión. Aún seguimos sin un serio inventario turístico, aún seguimos sin un plan sectorial de turismo; tampoco tenemos un inventario monumental que permita desarrollar programas de turismo cultural. No podemos seguir esperando que el turismo de aventura siga siendo nuestro estandarte y el espejo donde se refleje la oferta turística de la ciudad. La organización de reinados y carrozas no pueden catalogarse como el máximo logro de una gestión pública en turismo, mucho más cuando tenemos fortalezas de las cuales se derivan infinidades de oportunidades.

Debemos apostar hacia el Turismo Cultural, definido como "Aquel viaje turístico motivado por conocer, comprender y disfrutar el conjunto de rasgos y elementos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo social de un destino específico". El Turismo Cultural juega un papel muy importante para dar a conocer, preservar y disfrutar el patrimonio cultural y turístico de nuestro país. Los efectos que genera el tratamiento adecuado del turismo cultural, desde una perspectiva de mercados, trae como consecuencia, la satisfacción del cliente, la conservación del patrimonio de uso turístico y el desarrollo económico y social de las comunidades a partir de la generación de nuevos empleos.

La experiencia de un país como España que basa su economía en el turismo cultural, nos permite dimensionar lo que podríamos implementar en Santa Marta con los que nos queda del acervo patrimonial histórico-urbano-arquitectónico e intangible, más aún si viene a complementar el turismo de sol y playa. Es el momento de diseñar una política de turismo cultural en función de las efemérides asociadas a la independencia desde este año con la “Real Jura de los samarios a Fernando VII, pasando por los memorables acontecimientos previos a la independencia hasta finalizar con el Quinto Centenario de la Fundación de Santa Marta y la Conmoración del Bicentenario de la Muerte del Libertador.

Hoy día, tenemos que posicionar el Bicentenario de la Independencia de Colombia con los acontecimientos de diferente desenvolvimiento de nuestra ciudad, como lo fue la actitud realista de los samarios en ese momento histórico y traducirlo en términos de turismo cultural, como también en una gestión administrativa distrital ante el Gobierno Español explicándoles que ellos están en deuda con la historia de Santa Marta, que durante 275 años estuvo en último orden en las prioridades reales, pero la primera en serle fiel y leal en las primeras manifestaciones de independencia.

España, México, Puerto Rico, Cuba y otros países del área del Caribe vienen desarrollando una serie de recreaciones de pasajes históricos como parte de la oferta turística. Santa Marta posee un invaluable filón histórico que bien planificado entraría a integrarse al circuito de puertos caribeños que ofrecen este producto. En octubre de este año se cumple el bicentenario del ascenso de Fernando VII al trono español por tal motivo muchas ciudades hispana celebraron tal acontecimiento un festejo ordenado por cédula real. Ese año de 1808, en Santa Marta se comunicó la abdicación del rey Carlos IV y sucesión de su hijo el príncipe de Asturias, que en lo sucesivo se conocería como Fernando VII. Finalmente se informó al público que la jura se llevaría tres días después en la víspera de su cumpleaños del nuevo rey. El día 13 de octubre la ceremonia se realizó conforme a la tradición. Hubo grandes festejos, misa solemne, Te Deum, repiques de campanas e iluminaciones, prepararon un escenario cuyo fondo ocupaba el solio de Fernando VII y encima una copia de su retrato con una guardia de honor.

Hubo pareja de a caballo, baile, música, fuentes de vino y carros triunfales. Las calles se iluminaron con cactus seco y aceite de corozo. Una fragata armada recorrió las calles, se acercó a la plaza, y rindió un castillo que se había levantado con ese motivo e hizo descargas. Se repartieron medallas de oro y de plata “con los jeroglíficos del retrato de nuestro amado Fernando VII y un perro, palma y oliva, que demuestra lealtad, victoria y fidelidad”. Los miembros del Ayuntamiento renovaron sus votos de fidelidad y sumisión y concurrieron en medio del entusiasmo del pueblo a todos los actos públicos. Por tres días consecutivos se proporcionó al pueblo diversiones permitidas.

Este ejemplo es una de los ejemplos de cómo se puede iniciar un proceso de implementación del turismo cultural en Santa Marta, es decir implementar la razón legislativa de Santa Marta como Distrito Turístico, Cultural e Histórico. Estos eventos servirían para dinamizar los espacios públicos del Centro Histórico que actualmente se recuperan para el disfrute de la comunidad, además de contribuir diseñando para estas plazas hitos urbanos o arte público con la respectiva temática; además de constituirse en la promoción de una nueva imagen turística de la ciudad.

Anverso: Efigie de Fernando VII con leyenda “FERNANDO VII REY DE LAS ESPAÑA, 1808”.
Reverso: Jeroglífico conformado por un perro, palma y oliva, que demuestra la lealtad, victoria y fidelidad. Con la leyenda “LA LEALTAD DE SANTA MARTA”.

Moneda acuñada por orden del gobernador de la provincia de Santa Marta, don Víctor de Salcedo y Somodevilla en la ceca de Santa Marta con motivo de la ascensión al trono de Fernando VII en 1808, que sería el modelo para el monumento escultórico. Sólo Santa Marta, Popayán y Santa Fe de Bogotá acuñaron monedas para tal acontecimiento.

La recreación histórica de estos festejos es un desfile escénico con pasajes teatrales interpretados por personajes vestidos a la época, en un escenario ambientado con diálogos, coros y musicalización, que se desarrollaría entorno a la plaza Mayor (calles de la Cárcel y Acequia), debidamente decoradas con pendones y banderas, amobladas a lo largo del anden para la ubicación de los invitados en general, que deberán asistir vestidos acorde a la recreación (trajes, sombreros, pelucas, abanicos de mano, bastones, etc.).

Nuevo monumento escultórico o arte público con motivo del bicentenario de la Real Jura de Lealtad de Santa Marta al rey Fernando VII, como aporte para implementar el turismo cultural en esta ciudad.

Aprovechar los sucesos históricos en función de construir una política de turismo cultural a dado resultado en otros países que basan su economía en el turismo, sirviendo además de instrumento para conservar nuestra memoria histórica y generar sentido de pertenencia.

Fundir un monumento escultórico en bronce de acuerdo al modelo original, tipo moneda de 3.00 metros de diámetro, debidamente anclada sobre pedestal e iluminada con 4 chorros de luz que salen desde el piso. (Incluso la escultura podría girar sobre su eje para capturar en el mismo ángulo fotográfico sus dos caras). La necesidad de tener esculturas en los espacios públicos que dejen el testimonio el paso de un turista por esta ciudad, justifica la realización de este arte público.